Bearcelona Es Gay

El Salvador de la Platga: "Sou una plaga però us eliminare".
El Salvador de la Platga: "Sou una plaga però us eliminare".

 Me alojo en la casa de mi querido Sebas, antigua alpargatería reconvertida en vivienda donde se han concebido algunos de los cómics gays más populares del mercado. Las etiquetas son un fastidio, pero he de decir que Sebas es gay, bear más concretamente, y un personaje almodovariano en estado puro.

 

La primera noche cenamos con Joan -maquillador profesional y excelente conversador: su trabajo en Sephora y La Cubana, los caprichos de La Bartolli, o la grandeza de Mozart, todo cabe en su discurso- y Jordi, su encantador novio, que consiguió el menú, cortesía del “excedente” del catering de una feria alimentaria.

La casa, una antigua carnicería en El Paralelo que han transformado en un lugar tan acogedor como ellos mismos. Me pregunto si será una costumbre barcelonesa adoptar todo tipo de tiendas como hogares. Yo estoy encantada con mi pelucón a lo Dolly Parton -que me presta Joan- y no me separo de él en toda la noche. Me siento rubia y radiante y gayfriendly, of course.

 

“Bearcelona” está que arde: quedada mundial de bears, puedes comprar hasta tu bear kit, pelos y diversión asegurada. Barcelona es gay. Expo de Guillem Medina en El Punto. “Life is so short” y sus fotos así lo demuestran. Diva decadente se suicida aferrada a un Óscar. Anoréxica finada en su “nada en la nevera”. Borracho muerto, sin soltar la botella. Genial.

De vuelta al Poble Nou me encuentro en el metro una cuerda blanca, parecede Magia Borrás. Sebas y yo improvisamos unrollo bondage ante la mirada de David “Avedon”. Es que en Barcelona hay tanto de todo…

 

En Mar Bella, la única playa nudista en casco urbano que he conocido, descubro a un hombre que es la reencarnación de Copito de nieve, dan ganas de correr a abrazarle, me reprimo. Carteles comiqueros para acabar con las colillas en la arena, estos catalanes son la pera.

En el café modernista Muy Buenas tomamos unas Moritz con Muki, amigo malabarista que anda enganchado al Lindy hop y Natsuko, su mujer, trompetista japonesa.

Cena en un hindú en El Raval, riquísima y baratísima, incluido ratón paseando por el comedor ante la indiferencia de la camarera, que con un poco de maquillaje y el sari adecuado podría ser una estrella de Bollywood.

 

Al día siguiente toca turisteo en la Xampanyería: espumoso rosado, butifarra blanca y negra, y guiris borrachos como perros a las seis de la tarde. De noche regresamos al mundo bear, en el Sweet rodeada de hombres ávidos de sexo, pero no conmigo, soy Miss Bearfriendly 2008. De Barcelona sales por una esquinita, como de puntillas, el mar te acompaña, el mar que todo lo calla. Barcelona es gay y… ¡Muy guay!