DOS PRAZERES

Viernes.

Parada técnica en Fuentes de Oñoro. Tienda de suvenirs, escrito como se ve, hórror vacui, me enamoro de muñeca flamenca. Se llama Soraya y es una auténtica “muñeca española de Marín” y por fin es mía. La quería desde un viaje a Toledo, debía tener unos 10 años y a mi madre le pareció una horterada, tenía razón, pero me rompió el corazón. Ventajas de crecer, ganas tu propio dinero y decides en qué gastarlo.

 

Foto felliniana delante del indicador a Portugal, cuatro sujetos ataviados con “look Festival de Benidorm” se parapetan tras sus gafas de sol: dos sujetan una revista Cuore entre las manos, los otros dos un pan de candeal. Extravagantes, bufones, seres felices. Atravesamos enorme puente colgante. Tras él se presiente Lisboa luminosa y madrugadora. La costa de Caparica. Procurando por uma praia: Bellavista. Increíbles cuerpazos de hombres ávidos de placer, pero ni Teresa ni yo tenemos posibilidades, ni peligro, ni deseo. Pedro olisquea a su alrededor. Puente sobre el Tajo dorado. Primer atardecer atlántico.

 

La búsqueda del hostal sin conocer las calles se prolonga hasta la noche. Policía lisboeta con ametralladora al hombro, cuerpo de geyperman y simpatía de azafata Airlines. ¡Viva el cuerpo! Para que luego digan de las autoridades… O pouso dos Anjos: apuesto a dormir como verdaderos querubines… un nuevo estímulo nos hace pegar un respingo. El chico de la recepción. Sensual, trencitas, sonrisa taladradora, él lo sabe y juega, aquí hay para tod@s. Diferentes opiniones sobre su orientación sexual. Por distintos motivos, claro. A Teresa y a mí porque nos pone. A Pedro porque también y dice tener radar que no falla. A Gabri porque no le pone nada. Ojeo postal free, leo: ¿Quer fazer  amor comigo? Me parece una provocación absoluta la coloquen en el expositor a pocos metros del mulato de ensueño. Pienso que si estuviese sola le escribiría mi número de habitación… dejémoslo en el terreno de la fantasía, a veces así es más fértil.

 

Sábado.

Desayuno en terraza preciosa con gente preciosa. El placer de desayunar, sin más. Rua Augusta, gloriosa. Me recuerda a Mastroianni en Sostiene Pereira. Es lo bueno de viajar. Todo nos parece una película. O un musical. Encontramos una versión de Sonrisas y Lágrimas: Música do corazao. Pedro y yo imitamos la postura de los dos protas en el cartel. Fotaza en el Teatro Camoes. Chiado. Almorzamos en un lugar maravilloso regentado por unas monjitas. ¡Guau!.

De noche descubrimos nuestro Cafetín particular en pleno Barrio Alto: Af portas largas. Ambiente “selecto”. Una imperial y otra y otra…

 

Domingo.

Tropezamos con una tienda que se llama: “Hospital de muñecas”. Literal. El escaparate es digno de peli de Stephen king. Nancy amazona. Barriguita diabólica. Campesinas rusas. Lesly prostituta y Selene travelo.

Tomamos el mítico 28, tranvía que recorre Lisboahasta desembocar en el Cemitério dos Prazeres. Pedro y yo damos rienda suelta a muestra vena estatuófila. Ángeles pétreos que lloran sus lágrimas de piedra. Tostamos aquel paraíso por doquier. Panteón con ataúdes a la vista, solamente clausurado con un visillo despedazado. Gore, gore. Así vamos a acabar todos, pero yo quiero que me entierren en Dos prazeres. La muerte debería ser sólo esto, un placer.